La sa­lud de los tra­ba­ja­do­res, la gran ol­vi­da­da

EL 28 de abril se celebra el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo. El lema elegido este año es: «Únete a la construcción de una cultura de la prevención en materia de Seguridad y Salud en el Trabajo». La Organización Internacional del Trabajo (OIT) pretende con esta celebración anual promover la prevención de los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales en todo el mundo. En 2015 se centrará, principalmente, en sensibilizar sobre la necesidad de una cultura preventiva que implique el respeto del derecho a gozar de un ambiente de trabajo seguro y saludable; procurar la participación activa de gobiernos, trabajadores y empleadores para conseguir este objetivo mediante un sistema de derechos, deberes y responsabilidades y conseguir que la prevención sea un principio irrenunciable de la máxima prioridad. Este mismo día, el movimiento sindical mundial honra la memoria de las víctimas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales mediante una ‘Jornada Internacional de Conmemoración de los Trabajadores Fallecidos y Lesionados’.

Hoy en día, algunas de estas enfermedades, en gran parte emergentes, afectan a los trabajadores con mayor frecuencia que las clásicas. Muchas de ellas conciernen a la esfera mental y se originan por la acción de factores de riesgo psicosocial. Términos como mobbing, estrés y burnout los hemos escuchado con frecuencia en los últimos tiempos.

Las enfermedades profesionales (EP) y las enfermedades relacionadas con el trabajo (ERT), es decir, aquellas que tienen origen laboral sin tener la consideración legal de las anteriores, son causa de enormes sufrimientos y pérdidas para los trabajadores y sus familias, las empresas, los fondos de seguridad social y las sociedades en general. Las EP suponen una mínima parte de todas las enfermedades que se pueden achacar al trabajo, a lo que hay que añadir que su notificación sigue estando muy por debajo de la realidad.

En 2014 las EP declaradas en España fueron 17.260, un 2,76% más que el año anterior. También se comunicaron 5.689 patologías no traumáticas causadas por el trabajo. Ello hace un total de 22.949 enfermedades cursadas por el trabajo en España durante el año 2014. En Extremadura se comunicaron 140 casos de EP. Existe una gran variabilidad interregional en los datos, lo que pone de manifiesto enormes diferencias en su declaración.

Según algunas estimaciones realizadas a partir de distintas fuentes la infradeclaración alcanza el 6583%, y se acerca al 100% en el cáncer de origen laboral (es decir, casi no existen cánceres de origen laboral cuando pueden estar alrededor de 8.000 anuales). Los costes monetarios totales estimados para los casos nuevos de estas enfermedades de origen laboral en España, en 2004, se situarían en torno a 2.100 millones de euros.

La enorme brecha entre la «realidad estimada» y la «ficción declarada» en los registros oficiales obliga a una profunda reflexión entre todos los sectores implicados (responsables políticos, agentes sociales, profesionales, trabajadores y sociedad en general). No es posible una adecuada política en Salud Laboral si ignoramos las causas por las que enferman los trabajadores.

Numerosos expertos coinciden en la necesidad de que haya más profesionales especializados en Medicina del Trabajo en el Sistema Sanitario Público y que se generalice un sistema de vigilancia y detección de EP y ERT. También, que se procure una coordinación efectiva con Atención Primaria y Especializada, EVI del INSS, Servicios de Prevención, Mutuas e Inspección de Trabajo. En este sentido, hemos solicitado en varias ocasiones la creación de Unidades de Salud Laboral en las Áreas o Zonas de Salud de Extremadura en las que la Medicina del Trabajo, además, desarrollaría los programas de salud de patologías relacionadas con el trabajo y de aquellas otras que afecten a la actividad y capacitación de los trabajadores.

Con el objeto de coordinar las actuaciones en Salud Laboral (Medicina, Seguridad, Higiene y Ergonomía y Psicosociología del Trabajo) en Extremadura, se precisa la creación de un Organismo Interdepartamental específico de Prevención de Riesgos Laborales en la Comunidad Autónoma, un Instituto Extremeño de Salud Laboral similar a los que vienen funcionando desde hace años en casi todas las demás.

Extremadura, además, es la única comunidad autónoma que no cuenta con una Unidad Docente de Medicina del Trabajo y su puesta en marcha urge para paliar el déficit de estos especialistas.

La Ley de Prevención de Riesgos Laborales cumple veinte años y podría ser un buen momento para evaluar su cumplimiento más allá de los aspectos burocráticos. En el aspecto sanitario, que es el que nos ocupa como sociedad científica, la vigilancia de la salud de los trabajadores en demasiadas ocasiones queda reducida a exámenes de salud periódicos y generalistas que nada tienen que ver con la especificidad ligada al riesgo a que se refieren la normativa y el sentido común. Si a esto añadimos el apremio de las empresas que quieren un mayor número de reconocimientos con muchas pruebas de dudosa eficacia y la presión subsiguiente de los Servicios de Prevención a sus profesionales, la calidad se resiente de forma muy seria.

En un momento en el que debería irse hacia un modelo más público de la Salud Laboral, la entrada de empresas que pretenden hacer negocio con la sanidad, sobre todo los gigantes del capital riesgo, están transformando la salud, también la laboral, de derecho ciudadano en negocio lucrativo.

Como Sociedad Científica que aglutina a los profesionales de la Medicina del Trabajo en Extremadura nos ponemos a disposición de las Autoridades Sanitarias y Laborales y de los Agentes Sociales para asesorar y colaborar en todo aquello que crean conveniente y que atañe a nuestra especialidad, ya que todos compartimos el objetivo de mejorar las condiciones de trabajo y salud de los trabajadores. Recordemos este año, sobre todo, la importancia de la cultura de la prevención, tan deficitaria en nuestra sociedad.