Como SER Feliz en Trabajo. El Egolisto Laboral

No existe ningún factor más importante en el desarrollo psicológico y la motivación que la estima que uno tiene por si mismo. Aplicado al trabajo sería la valoración y motivación que tenemos de nuestra profesión. El 'ego' es la representación psicoanalítica de tu 'yo' en la mente. Aprende a valorarte, aceptarte, estimarte, corresponderte, y quererte. Si tu 'ego' es listo significa que has aprendido a quererte a tí mismo (egolisto). Cuando se pregunta si eres feliz en el trabajo, la mayoría de las respuestas no identifican la felicidad con su actividad laboral, sino que lo denominan con un sentido diferente: estar bien, satisfecho, contento, a gusto, motivado, animado. Esta valoración emocional de diferentes situaciones laborales en un sentido positivo se podía denominar como 'egolisto laboral' que sería una interpretación psicoanalítica de ser feliz en el trabajo.

 

Cuando se pregunta a los trabajadores si son felices en el trabajo, la mayoría de las respuestas no identifican la felicidad con su actividad laboral, sino que lo denominan con un sentido diferente: estar bien, satisfecho, contento, a gusto, motivado, animado. Esta valoración emocional se podía denominar como "egolisto laboral" que sería una interpretación psicoanalítica de ser feliz en el trabajo.

 

 

Felicidad, que bien suena esta palabra y que sensación más agradable cuando alguien dice: "me siento feliz". ¿Qué es la felicidad, qué es ser feliz, es posible ser feliz mucho tiempo? Poetas, filósofos, científicos, humanistas, aventureros han escrito sobre lo que ellos han sentido, pero lo más importante es lo que cada persona siente cuando se enamora, al estar junto a esa persona que ha elegido para quererla, protegerla y trabajar por un proyecto común, superando las dificultades que ponga el destino. En la familia: protegiendo a esos personajillos tan lindos y que tanto queremos, preocuparse para que crezcan con salud, aprendan a valorarse a sí mismos y a los demás, les guste el deporte, los estudios, la cultura, la naturaleza. En el trabajo: siendo un buen profesional, avanzando en nuestros conocimientos, colaborando para mejorar el trabajo en común y la seguridad de los compañeros.

 

 

Cuentan que Alejandro Magno, el gran conquistador, endiosado, adorado, temido, con toda la riqueza y placeres a su disposición, no era feliz y fue a visitar a Diógenes, que vivía en un pequeño tonel donde tenía lo necesario para cubrir sus necesidades básicas y se sentía feliz de su condición. Después de conocer su filosofía y la paz que transmitía a los que le rodeaban le dijo: "Si yo no fuera Alejandro, me gustaría ser Diógenes". A lo que Diógenes le contestó: "Si yo no fuera Diógenes, me gustaría ser Diógenes" Existe un refrán de la sabiduría popular que dice: "No es más feliz él que más tiene, sino él que menos necesita".

La felicidad provoca en el cerebro una sensación de bienestar, de placer y tiene una base bioquímica a través de la producción de neurotransmisores (endorfinas, dopamina, serotonina) que estimulan otros centros del sistema nervioso despertando emociones de satisfacción personal y relajación. Se relaciona con la tranquilidad, gozo, deleite y el placer sensual. Estimula y controla diferentes estados de bienestar, optimismo, entusiasmo e influye en la salud y en la prolongación de la vida.

 

Pero nadie nos enseña a ser felices, es algo que tenemos que aprender. Desde muy pequeños nos cuentan que hay tres personajes maravillosos que van a traernos regalos si les queremos mucho y somos niños buenos; así que estamos más pendientes de portarnos bien, no porque de esa forma estamos más a gusto con nosotros mismos, sino para que se fijen y se acuerden de traernos regalos.

En el colegio te presentan la imagen del profesor como una continuidad de la autoridad de los padres: tenemos que estudiar para que estén conforme con nuestra actitud y nos pongan buenas notas. Poco se dice de la importancia que tiene la autoestima y que valoremos nuestros estudios, no sólo por recibir la aprobación de los profesores y las notas, sino para sentirnos satisfechos con lo que somos y podemos realizar.

Si no eres de los mejores, te pueden caer una serie de reproches y te compararán con aquellos que destacan en sus trabajos escolares. No se dan cuenta de que a esas edades si estás sometido a este impacto continuo de sentirte inferior a los compañeros, te pueden crear un complejo que puede influirte en el resto de tu vida. El respeto a tus logros personales y estímulo a que te superes independientemente de lo que hagan los demás, te servirá como base para tu seguridad personal y tus deseos de mejorar. Desgraciadamente esto no ocurre en muchas ocasiones.

Entras en un terreno de competición y tienes que intentar ser mejor que los demás para triunfar el día de mañana. No te explican que lo más importante de todo es valorar donde están tus propios límites y ser consciente de tus posibilidades y sentirte cómodo y satisfecho con lo que consigas con tu esfuerzo. La valoración se hace dependiendo de las estadísticas y del lugar que ocupan dentro de ellas. No se paran a contarte lo importante que es tu auto valoración y el deseo de competir contigo mismo, no durmiéndote en los laureles sino esforzándote en alcanzar tus propias metas y superando las dificultades que se te presentan en tu camino.

Nos dicen que si queremos ser felices tenemos que hacer una buena carrera profesional y ganar mucho dinero. La imagen que aparece del buen profesional resulta que, por el simple hecho de serlo, ya es suficiente. Qué lejos de la verdad y cuántas personas reconocen que, a pesar de alcanzar esos logros profesionales, no están satisfechos consigo mismos.

Se habla del amor como la panacea de todos los bienes y tenemos que encontrar en nuestra pareja el camino de la felicidad; incluso se llega a describir gráficamente como la media naranja. Sin embargo, si tú no te quieres a ti mismo es difícil que puedas querer a otra persona. Y lo ideal de la pareja es ser cada uno la naranja entera, no sólo media, para tener más posibilidades de compartir.

Desde pequeños nos enseñan a encontrar la felicidad fuera de nosotros. Primero son los juguetes, posteriormente la bicicleta, a la que sigue la moto y más tarde el coche y, por supuesto, la casa, la televisión, el lavavajillas, la casita en el campo, el apartamento en la playa. Pero nadie nos enseña en encontrar la felicidad en la tranquilidad, bienestar, armonía, equilibrio, paz interna, autoestima, seguridad en si mismo. Es decir, querernos a nosotros mismos y aprovechar nuestras propias y maravillosas posibilidades personales.

Hay una pérdida del desarrollo de los valores internos de la persona en la búsqueda continua de algo externo que la satisfaga. Nos enseñan a querer hacia afuera, que es muy importante para las relaciones personales, familiares, sociales, laborales, pero también tendrían que ayudarnos a aprender la forma de querernos a nosotros mismos, no para que seamos "egoístas" que sólo piensa en ellos mismos independientemente de lo que quieran o decidan los demás, sino a ser "egolistos".

El "ego" es la representación psicoanalítica de tu "yo" en la mente. Aprende a valorarte, aceptarte, estimarte, corresponderte, y quererte. Si tu "ego" es listo significa que has aprendido a quererte a tí mismo (egolisto).

Cuando se pregunta a los trabajadores si son felices en el trabajo, la mayoría de las respuestas no identifican la felicidad con su actividad laboral, sino que lo denominan con un sentido diferente: estar bien, satisfecho, contento, a gusto, motivado, animado. Esta valoración emocional de diferentes situaciones laborales en un sentido positivo se podía denominar como "egolisto laboral" que sería una interpretación psicoanalítica de ser feliz en el trabajo.

No existe ningún factor más importante en el desarrollo psicológico y la motivación que la estima que uno tiene por si mismo (egolisto), que aplicado al trabajo sería la valoración y motivación que tenemos de nuestra profesión (egolisto laboral).

Si el tiempo que dedicamos a trabajar lo comparamos con otras actividades personales, familiares, sociales y lo que necesitamos para que el cuerpo y la mente se recuperen por medio del sueño, podemos entender la gran importancia que tiene el trabajo en nuestras vidas y los beneficios o problemas que se pueden derivar según como lo orientemos.

·  El "egolisto laboral" valora tu trabajo (autoestima laboral) como algo importante en tu vida no sólo para la economía y tu proyecto familiar y social, sino también para tu salud física y mental. Esta valoración de lo que hacemos, por qué lo hacemos y para qué lo hacemos, en la profesión es la base psicológica para entender nuestro trabajo y comprender a nuestros compañeros y te capacita para adquirir nuevas actitudes laborales, responsabilidad personal, asumir riesgos, recibir información, mejorar la productividad de tu empresa, tener iniciativa creativa, afrontar los desafíos de la competitividad y valorar la prevención de riesgos laborales para evitar tener un accidente o que lo tengan tus compañeros.

Cuando valoras tu trabajo, te motivas con una energía intrínseca que dinamiza y orientan tu actividad hacia una meta concreta, animándote a seguir la dirección trazada y superando las dificultades y obstáculos. Es un estado psicológico que mueven y empuja tu conducta para que se dirija hacia un objetivo determinado. Influye con eficacia a conseguir tus logros y te lleva a realizar algo importante en tu vida profesional. Te permite adelantarte a los acontecimientos, establecer programas de actuación, metas parciales. La autoestima laboral te da confianza en tu capacidad para tomar decisiones adecuadas y responder de forma efectiva a situaciones nuevas Te da conciencia de tu eficacia.en los procesos de razonamiento, elección y decisión con una actitud positiva ante la realidad del trabajo.

Enrique Román, del departamento de marketing de Asepeyo dice que "en nuestra vida diaria la actitud positiva sostenida es el medio más corto para desarrollar y exponer todas nuestras capacidades. Si lo trasladamos a nuestro mundo personal, comprobaremos que esto se hará tangible día a día en el trabajo, que necesita de nuestra participación, integración y complicidad. El trabajo es una forma personal de expresión creativa que mostramos continuamente y que hay que cuidar para favorecer una saludable autoestima laboral que todo trabajador debe poseer y que ésta, a su vez, sea fortalecida por el proceder de la empresa".

Cuando no se valora el trabajo y se realiza la actividad sin atención y sin ganas se puede presentar: apatía, cambio en el apetito, aumento de la fatiga, apariencia negativa, insomnio, absentismo, indecisión, pérdida de la perspectiva, mayor número de errores con aumento de la siniestralidad laboral y enfermedades psicosomáticas.

·  El "egolisto laboral" te afianza para enfrentarte a los problemas laborales con coraje.

El coraje es una actitud decidida y apasionada para acometer una empresa, particularmente cuando te enfrentas a alguien que pretenda hacerte daño en tu trabajo como en los casos de acoso psicológico laboral (mobbing) o a un peligro (situación laboral de riesgo para ti o tus compañeros). A nivel neurológico, es una emoción de alta densidad que se caracteriza por una tasa persistentemente alta de descarga neuronal y energetiza los intentos de recuperar el control perdido sobre el entorno de la persona. Asimismo el coraje moviliza la energía hacia la auto-defensa, caracterizada por decisión, valentía, agallas, osadía, audacia, ímpetu, arrojo y ánimo. Es una emoción de gran importancia para la supervivencia y forma parte de la integración y elaboración de la reacción defensiva. El coraje influye en lo que pensamos, sentimos y realizamos, cuando tenemos la necesidad de un por qué, un código de autoprotección o de conquista en algún proyecto importante en nuestras vidas. Tiene tanta fuerza psicológica que puede intervenir en el cambio de los hábitos perjudiciales como el tabaquismo y el alcoholismo.

·  El "egolisto laboral" te sitúa emocionalmente en el lugar del compañero de trabajo (empatía laboral):

Uno de los aspectos que más se destacan al hablar de la satisfacción laboral es la relación con los compañeros. Es importante saber trabajar en equipo y reconocer los sentimientos de los otros y qué los provocan, especialmente en los momentos de tensión y en las profesiones de riesgo donde la concentración y el apoyo es fundamental para evitar la siniestralidad. Con empatía puedes lograr influir en el estado de ánimo de los que te rodean y contribuir a que exista un mejor ambiente laboral que permita vivir más tranquilos y trabajar mejor. Practicar el deporte es bueno para la salud física, pero practicar el diálogo y la escucha entre los compañeros es bueno para la salud mental laboral. Cuando la tensión de los temas no resueltos, las aparentes injusticias o las que lo son, los "me ha dicho que..." o las envidias y celos absurdos no encuentran una solución, pueden enrarecer la comunicación y el proyecto laboral. La empatía te permite entender el lenguaje no verbal compuesto por gestos, actitudes o comportamientos extraños.

·  El "egolisto laboral" te ayuda a conseguir salud psicofísica en el trabajo y a evitar el estrés laboral patológico.

El estrés es un estado de tensión del organismo debido a una sobrecarga emocional o física que induce cambios psíquicos y físicos que a partir de un determinado nivel pueden afectar a la persona. El estrés normal es una reacción proporcional a una situación de dificultad que pone en funcionamiento mecanismos fisiológicos y psicológicos y elabora la conducta más adecuada para la acción. El estrés óptimo prepara al trabajador a un buen rendimiento, mentaliza para la acción y estimula la motivación y el logro. Sin una cantidad adecuada de estrés no se sentiría el desafio y el entusiasmo suficientes como para ejecutar un trabajo. Algunos estudios avalan la hipótesis que la existencia de un estrés óptimo puede ayudar a alcanzar niveles de alta energía, alerta mental, alta motivación, análisis cuidadosos de los problemas, mejor memoria, percepción aguda y apariencia optimista.

El estrés laboral patológico es un estado de tensión insoportable debido a su intensidad o su duración. La persona se siente víctima de una tensión exagerada. El estrés causado es desproporcional en intensidad y duración respeto al estímulo que lo provocó e interfiere en la vida cotidiana de la persona causando trastornos mentales o corporales. Tiene como mediadores psíquicos: la adrenalina y la noradrenalina. Estas hormonas en pequeñísima cantidad revolucionan todo el cuerpo y lo preparan para enfrentarse a los problemas que se presenten. Provocan cambios fisiológicos: el corazón late deprisa, la respiración aumenta, el metabolismo se acelera, el hígado pone en funcionamiento sus reservas.

El estrés continuo lleva al agotamiento psicológico y físico (surmenage). Cuando el estrés se prolonga en el tiempo llega a provocar lesiones funcionales u orgánicas que se denominan enfermedades psicosomáticas (gastritis, úlcera gastroduodenal, colon irritable, colitis ulcerosa, dolores de cabeza, hipertensión, asma, dolores lumbares, dorsales, cervicales, fatiga crónica, disminución de la libido, impotencia).

El estrés laboral patológico se percibe en el sector psíquico con preocupación, intranquilidad, desasosiego ante acontecimientos futuros o situaciones de incertidumbre. Interiormente se experimenta con una sensación de inquietud y de incapacidad para la relajación. Hay dificultad de concentración, pérdida de interés por las cosas y de la capacidad de experimentar placer. Vive en un estado de constante tensión diurna, mal humor, se vuelve irritable, impaciente y disminuye la tolerancia a la frustración. Cuando aparece la tristeza, apatía, desinterés, aburrimiento, incomunicación, agotamiento e insomnio, es probable que el estado de ánimo caiga en una depresión.

El "egolisto laboral" mantiene unas condiciones de higiene en la alimentación y en el ejercicio que aporta calidad de vida al trabajador y le evita factores de riesgo: sedentarismo, obesidad, hiperlipemias, hipertensión, diabetes. Rechaza la amplia difusión de hábitos propios de nuestra cultura como el tabaquismo y alcoholismo que son responsables de muchas desgracias personales, familiares y laborales. Es consciente del perjuicio del tabaquismo pasivo para todos los compañeros y la importancia de un ambiente laboral libre de los malos humos del tabaco.

El "egolisto laboral" aumenta los niveles de betaendorfinas que se asocian con actividades gratificantes personales, familiares, sociales y laborales. Esto proporciona un armonía psicofísica que posibilita sentir la mente y el cuerpo sin las tensiones que se acumulan con el estrés laboral patológico. Favorece la agilidad mental en los procesos de aprendizaje y retención con una mayor eficiencia cognitiva y procesamiento mnemónico más eficaz. Ejerce un efecto positivo sobre la atención y la concentración en la actividad laboral que ayuda a evitar la siniestralidad laboral.

Los cambios profundos realizados en el ámbito laboral por la Ley 31/95 de Prevención de Riesgos Laborales (LPRL) y el desarrollo del Reglamento de los Servicios de Prevención nos proporciona el marco adecuado para evitar los accidentes laborales y mejorar la calidad de la vida laboral como un objetivo prioritario, pero también nos estimula y apremia a que valoremos los agentes de salud de los trabajadores no sólo como ausencia de enfermedad y riesgos laborales, sino también como bienestar físico, mental y social.

 

Los casos de siniestralidad laboral son alarmantes y seguimos presenciando el drama de los que pagan con su vida por una imprudencia o un fallo técnico, que se podía haber evitado, además de los que son afectados por los múltiples factores secundarios del accidente laboral. Estos antecedentes justifican todo el esfuerzo que hagamos en proporcionar la mayor calidad de información y formación a los trabajadores para que desarrollen su actividad con todas las garantías necesarias de protección y cumplan todos los objetivos prioritarios de prevención como retos fundamentales de la seguridad laboral.