La influencia del trabajo en la salud y su relación con la prevención de riesgos laborales, (PRL), es clara y directa. Las condiciones laborales actuales generan, en muchos casos, problemas de salud en el trabajador. La precariedad laboral es uno de los motivos determinantes en ello, de la que derivan frecuentes daños de salud ocasionados por el trabajo. Diferentes formas de precariedad, como la temporalidad, los tipos de contrato, el salario o la calidad del propio trabajo, son aspectos determinantes a la hora de provocar que el trabajador sufra algún problema en su salud.
Todas las empresas, independientemente de su tamaño, actividad y organización, están obligadas, siguiendo la actual legislación en materia preventiva, a establecer un Sistema de Gestión de la Prevención de Riesgos Laborales, en el que se incluye la Vigilancia de la Salud.
Según la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, (LPRL), por un lado el empresario tiene la obligación de garantizar a los trabajadores una protección en lo que respecta a la seguridad y salud en el trabajo, lo que lleva asociado el derecho de los trabajadores a dicha protección, incluyendo todas las medidas que se recogen en la normativa, entre las que se encuentran la información, formación, consulta y participación, actuaciones en caso de emergencia, o la vigilancia de la salud, entre otros.
Esta última, la vigilancia de la salud, se ocupa de manera principal de realizar un seguimiento del estado de salud de los trabajadores, en función de los riesgos a los que están sometidos y que han sido evaluados de manera previa, y que están derivados de las condiciones de trabajo.
La vigilancia de la salud se convierte, así, en una parte muy importante de la PRL, y no ha de limitarse únicamente a la realización de los preceptivos reconocimientos médicos, como ocurre en muchas empresas. Estos reconocimientos médicos son necesarios, pero para que sean verdaderamente efectivos y clarificadores han de estar relacionados con las evaluaciones de riesgos realizadas a cada uno de los puestos de trabajo y ser específicos para el mismo, de modo que con ellos se evalúen los efectos de las condiciones de trabajo sobre cada trabajador.