El trabajador prestaba sus servicios en un Ayuntamiento vizcaíno, donde sufrió en setiembre de 2018 una crisis de ansiedad en su puesto de trabajo, que fue diagnosticado por la mutua como “contingencia común sin ver origen laboral”. No obstante, el médico de Atención Primaria que le dio la baja laboral le remitió al psicólogo, quien diagnosticó el episodio de angustia como ansiedad, declaró que “la patología tiene base laboral motivada por riesgos psicosociales motivadas por conductas discriminatorias”.
UGT solicitó el cambio de determinación de contingencia, entendiendo que se trata claramente de una enfermedad derivada del trabajo. El sindicato sigue denunciando la alta incidencia de los riesgos psicosociales entre la población trabajadora y reclamando su reconocimiento de enfermedad profesional. Según datos hechos públicos por el Gobierno vasco, en Euskadi, en 2017, se denunciaron 317 casos de violencia psíquica y 2.750 agresiones físicas y verbales.